Los rodamientos son componentes mecánicos que permiten el giro y el desplazamiento de elementos móviles con el mínimo rozamiento posible. Su uso es muy frecuente en la industria, ya que facilitan el funcionamiento de máquinas y equipos que requieren movimiento, velocidad y precisión. En este reportaje, vamos a conocer los tipos, las utilidades, los materiales y los sectores de aplicación de los rodamientos. Existen muchos tipos de rodamientos, según su forma, su tamaño, su capacidad de carga y su modo de funcionamiento:
- Rodamientos de bolas: son los más utilizados y se componen de dos anillos con ranuras, entre los que se alojan unas bolas que giran libremente. Pueden soportar cargas radiales y axiales, y alcanzar altas velocidades de rotación. Dentro de esta categoría, hay varios subtipos, como los rodamientos de contacto angular, los rodamientos rígidos de bolas o los rodamientos de bolas autoalineables.
- Rodamientos de rodillos: se caracterizan por tener unos elementos cilíndricos en lugar de bolas, lo que les permite soportar cargas radiales mayores. También hay diferentes subtipos, como los rodamientos de rodillos cilíndricos, los rodamientos de rodillos cónicos o los rodamientos de rodillos esféricos.
- Rodamientos de agujas: son una variante de los rodamientos de rodillos, pero con unos elementos más finos y largos, lo que les hace adecuados para espacios reducidos y altas cargas radiales.
- Rodamientos sin elementos de rodadura: son los más simples y se basan en el deslizamiento de una superficie sobre otra. No tienen bolas ni rodillos, sino que se componen de un eje y un manguito. Tienen una menor capacidad de carga y una mayor fricción que los rodamientos con elementos de rodadura.
Las principales funciones de los rodamientos se centran en transmitir el movimiento, permitiendo que un elemento gire con respecto a otro, facilitando el desplazamiento y la rotación de las piezas de una máquina o un equipo. También soportan las cargas que se generan por el peso, la presión, la tracción o el empuje de los elementos móviles, evitando el desgaste y la deformación de los mismos.
Los materiales más empleados para su fabricación son las aleaciones de acero al cromo, que tienen una alta dureza, resistencia y pureza. Los anillos y los elementos de rodadura se endurecen, rectifican y pulen para conseguir una superficie lisa y uniforme. La jaula, que es la estructura que separa y guía los elementos de rodadura, puede ser de metal o de plástico, según el tipo de rodamiento y la aplicación. También existen materiales especiales, como la cerámica o los plásticos, que se utilizan para casos específicos. La cerámica tiene la ventaja de ser más ligera, más resistente al calor y a la corrosión, y menos propensa a la dilatación térmica que el acero. Los plásticos, por su parte, son más ligeros y más económicos que el acero, pero tienen una menor resistencia al calor y al desgaste. Los rodamientos se utilizan en una gran variedad de sectores industriales, como la automoción, la aeronáutica, la energía, la agricultura, la minería, la construcción o la robótica, y cada uno tiene sus propios requisitos y condiciones de trabajo, que determinan el tipo, el tamaño, la disposición y el mantenimiento de los mismos.